La alopecia es un tema que no solo afecta al género masculino. Cada vez son más las consultas de mujeres jóvenes que están perdiendo cabello “a manotadas”, como suelen manifestarle a su médico tratante.
“En Colombia aproximadamente un 30% de las mujeres que sufren alopecia tienen problemas de pareja como consecuencia de ella y un 60% afirma tener problemas con su vida social”, explica el dermatólogo Jorge Calderón.
¿Qué le pasa al cabello?
Las personas pierden aproximadamente 100 cabellos de la cabeza todos los días en un proceso que es normal. Sin embargo, casi todas las mujeres, en alguna oportunidad, se han quejado de que se les cae el pelo y eso es motivo suficiente de mortificación; lo cierto es que la alopecia femenina es un drama que va más allá de la simple vanidad.
Para las mujeres el cabello es:
- Un indicador simbólico de género, condición social y religiosa
- Una condición de identificación social
- Una señal de identidad corporal, esencial para su feminidad, sensualidad y atractivo
- Una característica que influye en su estado de ánimo y, por lo tanto, su pérdida puede afectar el autoestima
“La alopecia es una de las causas de estrés psicológico en mujeres que la padecen, con riesgo de sufrir episodios de ansiedad, depresión o fobia social”, complementa el doctor Calderón.
El simple hecho de una mayor caída de pelo no quiere decir que se sufra una alopecia patológica. Por lo cual es muy importante:
- Hacer un diagnóstico temprano de cada caso con un dermatólogo
- Descartar que los excesos de tinturas, planchas o ciertos productos capilares estén colaborando con la caída de las fibras
- Acudir a opciones como pelucas, tratamientos, implantes y sombreros, si realmente la condición te afecta socialmente
Los principales tipos de alopecia son:
- Alopecia androgénica: está conectada con un alto nivel de hormonas masculinas (andrógenos). También puede ser el resultado de cambios en la actividad hormonal
- Efluvio telógeno: es el incremento de pelos que entran en fase de caída. Es reversible. Sus causas son variadas:
- Posparto
- Abortos
- Hipo o hipertiroidismo
- Enfermedades debilitantes
- Cirugías
- Medicamentos
- Dietas estrictas
- Pérdida de peso notoria
- Estrés psicológico
- Intoxicaciones por metales pesados
- Deficiencia nutricional: las personas que siguen una dieta incompleta y desequilibrada o realizan regímenes radicales, pueden sufrir alopecia. Ésta suele estar provocada por un déficit de proteínas o, con menor frecuencia, por carencias vitamínicas.
- Alopecia por tracción: es la pérdida de cabello como resultado de estirar el pelo repetidamente por torsión, roce de objetos contra el cuero cabelludo o estiramiento del pelo mediante peinados como ‘colas de caballo’ muy apretadas.
- Alopecias cicatriciales: son las más graves, lamentablemente este tipo de alopecias suelen ser irreversibles porque existe un daño en el interior del cuero cabelludo, malformación o ruptura total de la estructura folicular.
“La falta de información hace que la mayoría de mujeres que sufren alopecia intenten detenerla por sus propios medios comprando productos que difícilmente van a ayudar”, afirma la dermatóloga Claudia Morales Ruíz.
Tratamientos naturales
Algunas fórmulas que estimulan el folículo piloso pueden ayudar a generar un crecimiento del pelo; procedimientos como la mesoterapia capilar y poner su cabello en manos de verdaderos expertos, también ayudan.
No obstante, algunos remedios naturales pueden contribuir con el tratamiento:
Masajes con un aceite esencial: incrementan el flujo sanguíneo a los folículos pilosos y fortalecen las raíces. Entre los aceites que se pueden utilizar con este fin encontramos el de coco, el de almendras, el de oliva, el de ricino y el de romero.
La alholva o fenogreco: estas semillas contienen estrógenos y otras sustancias similares a las hormonas sexuales femeninas que mejoran el crecimiento del cabello y ayudan a reconstruir los folículos pilosos. Además, aportan proteínas y ácido nicotínico que también estimulan el crecimiento natural del cabello. Aplícalas sobre tu cabello después de machacarlas y a manera de pasta por cuatro minutos durante un mes.
Jugo de cebolla: por su alto contenido de azufre, el jugo de cebolla ayuda a mejorar la circulación de la sangre a los folículos pilosos, regenerándolos y reduciendo la inflamación. Además tiene propiedades antibacterianas que combaten las infecciones del cuero cabelludo, las cuales pueden causar la pérdida del cabello. Extrae el zumo de una cebolla, cuélalo y aplícalo directamente sobre el cuero cabelludo por 30 minutos. Luego enjuaga.
El gel de aloe vera y el jugo de remolacha: sobre el cabello o ingeridos pueden recuperar la salud capilar. Contienen hidratos de carbono, proteínas, potasio, fósforo, calcio y vitaminas B y C que son esenciales para un cabello saludable y fuerte.