Es un procedimiento que consiste en la extracción de los elementos grasos y la “suciedad” de la piel con acné.
Complementa el tratamiento del acné no inflamatorio, variedad en la que predominan las espinillas o comedones.
La extracción de las lesiones, realizada por personal idóneo, acelera la mejoría de la enfermedad y evita la persistencia de poros dilatados como consecuencia de la distensión por la acumulación de sebo.
La polución, el maquillaje, la sudoración, el uso de cremas, bloqueadores, bronceadores y cosméticos puede producir taponamiento de los poros, haciendo necesaria la realización de una limpieza periódicamente.