¡Playa, brisa y … Protección solar!
En la mayoría de los países, los meses de diciembre y enero coinciden con la época de las vacaciones escolares y con la celebración de las festividades navideñas, observándose un incremento significativo de las actividades al aire libre y un desplazamiento importante hacia centros turísticos, muchos de ellos ubicados en zonas tropicales, donde hay una mayor exposición a los rayos solares.
La doctora Claudia Morales, médica especialista en Dermatología, ofrece las siguientes recomendaciones para prevenir los daños de la piel por la exposición a los rayos solares:
- El uso diario del protector solar es importante, aún en clima frio y cuando no se va a estar al aire libre, ya que otras fuentes de radiación ultravioleta también pueden producir daños sobre la piel.
- La cantidad y la frecuencia de uso del protector solar depende de varios factores como el color de la piel, el tiempo de exposición solar, la presencia de factores de riesgo y el tipo de actividades desarrolladas como nadar o correr.
- Tanto las personas de piel clara como las de piel oscura deben utilizar protector solar y evitar la exposición al sol en horas de mayor intensidad lumínica.
Otros consejos…
- La mejor protección contra los rayos ultravioleta es evitar la exposición al sol en horarios de alta radiación, especialmente entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde.
- En climas fríos también es necesario utilizar protección, ya que el frío y el viento pueden enmascarar la sensación de calor y generar mayor exposición.
- La hidratación de la piel después de la exposición al sol reduce el impacto del daño solar agudo a corto y largo plazo.
- Aunque se utilicen medios de protección como sombreros, sombrillas o carpas, los rayos del sol se reflejan en el agua o en la arena y también puede producir daño.
- Cuando estamos en playa o en la piscina hay que reaplicar el protector solar cada hora o cada dos horas y evitar estar en el agua en la franja de mayor radiación.
- Los efectos del sol son acumulativos y progresivos, la protección debe iniciar en la niñez y extenderse a lo largo de la vida, para minimizar la gravedad del daño en la piel.